sábado, 17 de mayo de 2014

Séptima Carta

Querido amigo,
¡Hay tantas cosas que contar!  Siento no haberte escrito en todo este tiempo pero he estado bastante ocupado estudiando y disfrutando.
Antes que nada, igual te estas preguntando como le fue la cita a Alex. Pues, por lo visto, se lo pasaron muy bien pero Pelirojo no se atrevió. Cosa que no me extraña por lo que me conto Carla después. Resulta que siempre están así. Alex dice que le gusta y que quiere algo más pero a la hora de la verdad solo lo ve como un amigo. Está en lo que se llama la friendzone. Espero no caer en ese abismo yo también.

Ya te comenté que en artes visuales tenemos que entregar un trabajo personal por semestre. Tengo retraso, mucho retraso. Es más, aún no he empezado y lo tengo que entregar pasado mañana. Sí, es cierto debería haber trabajado el lunes pasado para avanzar pero es que me fui de paseo por el instituto con Andrea. No creo haberte hablado aún de ella. Es de pelo castaño, de curvas imponentes y de cara alegre. Es una de esas personas que siempre están alegres y que todo se lo toman bien. Cuando me junto con ella siempre acabo llorando de risa. De hecho el paseo de hora y media que dimos por el instituto nos lo pasamos haciendo los espías y saltando de pared en pared sin que nos viesen. Parecíamos niños de diez años.
El jueves fui con Carla a tomar algo y a comprarle el regalo a Alex. Le compramos un collar a medias. Cuando tomábamos algo, yo nervioso dirigí la conversación a cotilleos. Admito no saber de qué hablar en esos casos. Aquí los chicos solo hablan de videojuegos o de música que, por cierto, no comparto con ellos. Cuando estamos en grupo hablamos de clases, de profesores y de exámenes. Pero con Ella. ¿Qué debo decirle? ¿Videojuegos? No demasiado vulgar. ¿Clases? Que aburrido. Me decidí por cotilleos pero sin criticar a nadie. Era un terreno neutral. Fue cuando me conto lo de Alex con Pelirojo. Me pregunto si habrá notado que en un par de ocasiones no pude evitar desviar la mirada para admirar el bonito corazón que tiene.

Ayer, volvimos a correr por la pradera. Dios! Fue mejor que la primera vez.
        ­ ¿Vamos a la pradera? – Carla
        ¡Fua! ¡Vale, vayamos! ¿Quieres conocer la pradera? – Comenté
        Bueno no sé lo que es pero vayamos – Cedió Andrea
Carla y yo nos echamos a correr como locos. El fuerte viento movía las flores como olas. Risas estallaban. Andrea se nos quedó mirando desde arriba. Creo que no se lo esperaba.
        ¡¡¿Qué esperas?!! –chillé
No le hizo falta más. Se lanzó. Reía y chillaba como nosotros cuando de repente. Pof! Al suelo. Vaya leche se había dado. Sabíamos que no se había hecho daño y nos burlamos un poco de ella. Andrea se lo tomó con humor, como siempre. Justo después se tuvo que ir a dar clases de natación a niños pequeños. Y, entonces, Carla me sorprendió preguntándome si ya me iba a casa o si quería bajar al lago. Imagínate mi respuesta. Esta vez no hablamos de cotilleos sino del amor, de las parejas, de la felicidad, de filosofía, de la teoría de la relatividad (eso eras más bien yo)…

Cuando estábamos sentados al borde del lago con un viento impresionante tanto que parecía un mar más que un lago. Tenía sus cuchillas, que llamamos ojos, clavadas en los míos. Pensé que era el buen momento para lanzarme. Pero un segundo antes hablando del amor dijo que estaba mejor sola. Me sentó fatal. Decía que todas las parejas eran patéticas dándose de la mano sin decirse nada. Le parecía patético que entre clase y clase se abrazasen como si no se hubieran visto en meses o que no tengan más conversación que la saliva y otros fluidos que comparten. Defendí mis esperanzas diciendo que yo nunca seria así.

Volví a casa como me fui, soltero. Pero no todo está perdido me ha invitado a ir el fin de semana que viene a su piso en las montañas. Como Alex está enferma y no puede venir íbamos a ir ella y yo solos. Pero por lo que puedan pensar los demás también hemos invitado a Andrea. He prometido hacer tortilla española. Tengo una semana para aprender.


Con cariño, David



Pd: Tengo, amigo mío, que decirte que ya aguanto 12km corriendo.

domingo, 11 de mayo de 2014

Sexta Carta

Querido amigo,

miles de tanques grises manchaban el cielo azul. Avanzaban, se deslizaban tranquilamente a una batalla que no podían ganar. Los Alpes, una trinchera infranqueable. ¡Qué triste batalla! De las montañas corrían ríos de blanca sangre. Las gotas, eran metralletas. Los rayos, potentes cañonazos. Los truenos, cuerpos derrumbados. El único objetivo la muerte. Las víctimas eran pocas. Una sola me importaba, era inocente, ajena a aquella violencia.
Ya me decía yo que algo pasaba esa mañana. Llegué justo a tiempo a clase. Que silencio y que nervios se respiraban en el aire. Al principio no sospeche de nada. Toc, toc, toc. Se abrió la puerta. Un chico. Que no conocía. Con los ojos rojos. Silvia se levanta. Una mirada entre ellos bastó. Ella se sorprendió de la intensidad de su propio llanto. No le importó y a nosotros tampoco. Cogió sus cosas tan bien como pudo y se fue dejándonos todos de piedra. Entonces lo entendí. Se me hizo un nudo en la garganta, se me entumecieron los ojos. Empecé a sudar de las manos. El profesor sorprendido dijo:

 ¡Bueno! Madame Bovary fue escrito por Flaubert...

Nadie le escuchaba, nos mirábamos las caras y la violencia de aquella situación nos trajo recuerdos a todos. Pero Carla no pudo contenerse. Intentó no recordar pero los sentimientos de un pasado que podría haber sido escrito por Flaubert eran demasiado fuertes y sofocada, salió de clase. Alex la acompañó. Me habría gustado salir de allí yo también. Aquél fúnebre silencio me ponía enfermo. Debería haberlo hecho. Debería haber salido a consolar a Carla. Fui cobarde.
En el patio todo silencio. Se soltaron globos en su nombre, se cantó una canción en su nombre. Silvia, su mejor amiga, no la vimos en toda la semana. Admito no saber quién era hasta haber visto su foto. No importaba, podría haber sido cualquiera. Era del instituto y eso bastaba. Todos decían que estaban bien. Cuándo me lo preguntaron a mí dije que no.

- ¿Por qué os obstináis a mentir cuando todo el mundo sabe que no estamos bien? – Dije.

Asintieron y no lo volvieron a preguntar a nadie.

Han pasado tres meses desde entonces. Yo aún no amaba a Carla como la amo hoy pero me pregunto si seré capaz algún día de traer la luz a su vida.

Hoy ha habido tormenta.


Con cariño, David

viernes, 9 de mayo de 2014

Quinta Carta

Querido amigo,
Una sonrisa se dibujaba en su cara, perdida en sus lecturas. Desconcentrada de los campos magnéticos se refugiaba en un manga. Su abundante cabello rizado, reseco y despeinado conquistaba partes de su cuerpo además de la cabeza. De risa nerviosa y falsa; de carácter desconfiado y siempre defensivo excluía amistades mientras invadía conversaciones ajenas. Lo intenté pero por razones que atentan contra los cinco sentidos – incluso seis- tuve que resignarme a huir de ella en las clases de física. Me temo que no entiendo por qué hay personas que son el tirano de su propia existencia.

Habrás notado, amigo mío, que esto ha sido un poco diferente de lo que te tengo acostumbrado. No sé, tenía la cabeza perdida en un mar de ideas y me dio por darle un toque literario a nuestra correspondencia.
Esta semana ha sido muy dura aunque no tan dura como la hora que pase al lado de Pelorizado cuando no tenía excusa para cambiarme de sitio. Pero largas horas de estudio olvidadas, tengo que admitir que ha sido bastante emocionante.

Terminadas las clases y exhaustos después del examen más mortal de mates que te puedas imaginar bajábamos dirección al lago cuando, asqueados del rascacielos que evacuaba sus intestinos en la fachada, nos desviamos por las viñas. El aire fresco que acariciaba nuestras caras contrastaba con los primeros rayos de sol que veíamos estas dos semanas. Daba, ya sabes, esa sensación de frio y calor en la piel.
-                      -     Dios! Lo que me gustaría correr a través de ese campo – dijo Carla.
-                     -     Uuuuuuuhhhhhuuuuuu!!! – chillé.
No había terminado la frase que yo ya estaba galopeando cuesta abajo. Las hierbas, con flores amarillas, eran igual de altas que yo. No eran molestas, eran muy bonitas y espaciadas. Carla ya se había lanzado tras de mí. Corríamos, sin más preocupación que la de disfrutar. Reíamos. Chillaba. Fue un momento maravilloso que brillaba por su simplicidad. No pudimos evitar compararnos con Heidi o La casa de la pradera. Era de película. Nuestras mentes aún derivaban de felicidad cuando nos dimos cuenta que teníamos que volver a subir. También nos reíamos de lo que tenía que pensar de nosotros la deportista que pasaba corriendo por un sendero un poco más arriba. De todas maneras después de lo que habíamos sufrido las dos horas anteriores cualquier cosa que hiciésemos estaba justificada.

Estoy bastante nervioso porque mañana Alex tiene una cita con Pelirojo. Espero que se lo pase bien, y muy bien también, no sé si me entiendes. Porque se lo merece. Me lo contó cuando volvíamos a casa después de habernos tumbado en los céspedes, rodeados de tulipas al borde del lago. De hecho se hizo la dormida para que pudiésemos estar, Carla y yo, algo más a solas. De todas maneras no me habría atrevido a lanzarme en su presencia. Tampoco era necesario ya que las caricias en la oreja, sus risas por las cosas que digo, que no todas son graciosas y ambos lo sabemos, demostraban que ella sentía algo por mí.

Hoy, hemos ido de turistas por la “capi”. Hemos visitado la catedral, la tienda H&M, hemos tomado un café en un lugar tan bonito que me hacía pensar en esas cafeterías de Paris que se ven en las películas. Estaba en el casco histórico pero apartado de la gente, era casi secreto. Las rosas de aquella cafetería trepaban la pared en piedra de la casa. Las aceras, de piedra igualmente, daban un toque siglo XIX. Después en esa misma calle escondida entre dos casas. Una librería. Amadores de lectura que somos, entramos. Eran de segunda mano. ¿Qué puede ser más mágico que una historia que tiene una historia? Por cierto! Ahora estoy leyendo “la mecánica del corazón” de Mathias Malzieu. En la segunda página debajo del título pone:
“Te presto esta golosina vista tu necesidad de lectura…”
                                                                              Carla

Pd: Gracias de nuevo por las flores.


Con cariño, David

domingo, 4 de mayo de 2014

Cuarta Carta

Querido amigo,
me siento tan insignificante al admirar lo imponentes que son los Alpes. Que pequeños somos comparados con semejante espectáculo y más si pienso que eso no es nada con el planeta en su conjunto, con el sol, la galaxia o el universo. Y sin embargo, lo feliz y infinitamente grande que me he sentido este fin de semana.


Carla, una amiga suya, Alex y yo hemos ido a cenar a un restaurante italiano.
- Pues que exóticas son estas luces para ser un restaurante italiano. — comenta Belén.
- Yo diría que son así como medievales. — añade Alex
Finalmente, Carla concluye que son luces de halloween.
A decir verdad eran como una caja abierta por la parte inferior y con rendijas en forma de cruz a los lados. Por dentro, un color naranja daba un efecto caluroso a la habitación y por fuera estaban pintadas de un negro mate.
Después fuimos al teatro a ver la obra que había escrito Carla. La adolescencia desde una perspectiva musical con adjetivos « champiñón » que daban un toque cómico. Unos jóvenes actores con mucho talento hicieron que la obra fuese agradable y muy entretenida. Carla recibió el reconocimiento que merecía cuando al terminar la actuación bajó a que le aplaudiesen por lo que había escrito. Estaba radiante. Iluminada por los focos, sus cabellos brillaban casi tanto como su cara brillaba de felicidad. En ese momento me habría gustado regalarle las flores que le había comprado sin embargo, avergonzado de ir por la calle con el ramo se las di cuando pasábamos por su calle dirección el restaurante.
Carla tiene mucho talento para escribir, lo depresivo y melancólico son los géneros que mejor maneja en mi opinión. Puede que sea porque aún está muy metida en la adolescencia.

Me pregunto si el mero hecho de preguntarme si ya he pasado la adolescencia no es en si un signo de que aún estoy en ella. ¿Cuándo se puede considerar una persona adulta? No lo sé. Pero si sé lo que es ser un adulto. Un adulto es el que toma decisiones que nadie puede tomar en su lugar. Eso es muy triste. Pero más triste es que tomen las decisiones por ti.

Despues del teatro, en la recepción organizaban un aperitivo en el que nos quedamos un rato. Había un juke-box y empezó a sonar una de las canciones que siempre estoy cantando y con las que siempre me relacionan mis amigos. « Elle n'était rien et voila qu'aujourd'huiiii, je suis le gaaaardien des sommeils de ses nuiiiiits. Je l'aaaiiimme à mourir » Nos precipitamos al juke-box y leímos todas las canciones a ver si había la de «  ne la laisse pas tomber,elle est si fragile. Être une femme liberée tu sais c'est pas si facile... » Tristemente no estaba pero pusimos la de « para bailar la bamba se necesita una poca de gracia... » Lo gracioso es que como era la primera vez que usábamos un juke-box le dimos no sé cuántas veces al número de la canción y claro sonaba la misma una y otra vez. Muertos de risa y de vergüenza nos escapamos de aquel aperitivo y fuimos al pub de siempre. Como te dije, ya no bebo pero nos lo pasamos bien igualmente. La amiga de Carla que no conocía hasta ayer abrió su paraguas en el medio del pub. Es... Como decirlo. Especial. No la juzgo. Eso ya te lo dejo a ti, pero si tuviese que describírtela diría que es una persona inocente (o al menos lo aparenta), espontanea, erudita y muy apta para debatir.

Esa noche amigo mio, era la noche que quería pedirle salir. Quería darle un sentido nuevo a mi vida aparte del de estudiar. Quería colgarme de sus labios, quería hacerle sentir lo que nunca había sentido, quería amarla. No pude. No pude quedarme a solas con ella. Abandonar a Alex en el bar habría sido algo que no me habría perdonado. Diras que se podría haber quedado con Belén pero esta ya se había ido. Y por eso la odio. También odio que Alex haya llevado a Carla a casa en coche y yo tuviese que volver en tren. Las odio. Por un rato al menos.




Que mal amigo mio, llevo toda la semana sin salir a correr. Mañana saldré antes de ir a clase.

Con cariño,David

martes, 29 de abril de 2014

Tercera Carta

Querido amigo,
La vuelta al instituto ha mejorado mucho mi moral. Obviando largas clases de biología en las que el profesor hace chistes del estilo:
-
¿Cuál es el cáncer más común entre los hombres?
- El de próstata - contesta Matias
-¡Correcto! ¿Y, sabéis como detectarlo? ¿no? Bueno pues es por toque rectal, es decir, que algún día tendréis que poneros un dedo en el trasero y tocaros la prostata. Además se supone que ahí esta el punto G de los hombres!
Asi es que podéis juntar lo útil a lo placentero.
Obviando también lo insignificante que parecen las millones de muertes en clase de historia diría que el día
fue mejorando a medida que iba terminando. Sobretodo clase de artes visuales. No es que aprecie esas clases ni tampoco que tenga algún respeto por esa disciplina o al menos no en como se enseña sino porque el profesor nos deja hacer lo que queremos. Es uno de esos profesores que pegas una pajita en una pared y lo llama "arte". Tenemos proyectos personales que tenemos que terminar en un semestre y el de Carla es de fotografía. Yo,como no, me ofrecí a ser uno de sus modelos. Nos fuimos a un pequeño cuarto a hacer la fotos. Teníamos de todo. Es algo que aprecio mucho en la educación aquí. Es que siempre tenemos el mejor material: spots de luz, reflectores, aparatos de fotos, fondos blancos... Mala suerte la mía que no era el único modelo. Estaba su hermana y Silvia, otra compañera de clase. Nos lo pasamos bastante bien haciendo las fotos, bueno, Silvia y yo nos gustaba burlarnos de las posturas que hacia Carla. Y no podíamos parar de reírnos de "la luz cenital". Así es como llama a los neones del techo nuestro profesor de arte.
Termin
é el día muy cansado ya que no había dormido mucho la noche anterior por los nervios.

Hoy sinembargo ha sido menos divertido. Pero en italiano y en mates Ella se apoyaba contra mi brazo y, admito, que me gusta mucho. ¡ Por cierto ! Tengo que hablarte, amigo mio, del profesor de mates. Ese está loco pero de verdad. Es capaz durante un examen de estar tres cuartos de hora mirando un globo o en clase de hacernos el baile de las funciones. Hoy de hecho nos ha dicho que los bytes (de información) le dolían cuando le pasaban por la cabeza de tantos que eran. Lo gracioso es que en francés "bytes" se pronuncia igual que "bites" y este último significa vulgarmente el pene. Ha sido muy difícil retenerse y finalmente hemos estallado en risas.

Ayer hizo Carla un grupo Wuassap para el cumpleaños de Alex. El plan es invitarla a pasar el día en un parque de atracciones llamado Europaparck. Es un poco caro pero estoy deseando que llegue el momento para que pasemos un buen día.

Por cierto, llevo desde el domingo sin salir a correr. Mañana miércoles no fallo y si que si que salgo.


Con cariño, David

domingo, 27 de abril de 2014

Segunda Carta

Querido amigo,


Tendrías que ver sus ojos. Solo así podrías entender las ansias que tengo de volver a clase. Ella, Carla, es de una belleza especial. No es una topModel lo suyo es más bien la belleza a lo natural. Me mantiene la mirada durante segundos que se dilatan formando, en mi mente, minutos. Desearía que nunca terminasen. Y además tiene ese toque de picardía en sus ojos. Busco, intento leer en su mirada, lo que está pensando pero es como tener un libro abierto y no saber leer. También  está esa mezcla de misterio y nostalgia que contrastan con sus saltos de alegría haciendo que sea insoportable no rendirte a sus pies.
Es un tormento, cada frase que digo, cada cosa que hago lo hago pensando en ella. En si le habrá parecido oportuno o correcto... Algunas veces, me ha hecho insinuaciones pero yo en éstos temas no soy muy hábil.
Una vez estaba en clase de italiano mordiendo mi boli muerto de aburrimiento y me dijo le que gustaría ser ese boli. Por la manera tan « sexy » que tenía al ponérmelo en la boca. Debí decirle que me habría gustado que ella fuese ese boli porque es preciosa y debería haberme lanzado a sus labios. Sin embargo lo único que hice fue una mirada desafiante con aire de superioridad y lo deje estar.
Lo mismo me pasó una de esas pocas veces que salimos por la noche. En el bar había una atmósfera pesada, calurosa y demasiada cargada de mala música pues salimos a tomar el aire. Nos divertíamos y era genial y admito que el alcohol me daba mucha más conversación que la que suelo tener. Sin recordar porqué nos encontramos de pie en un banco mirándonos a los ojos y entonces Ella y yo solos en la calle con los brillos de las farolas, el frescor en nuestras caras y me temo que solo quedó en eso. En efímera felicidad que se transforma en tortura cuando la recuerdas.
Por eso estoy tan ansioso en volver a clase para verla y quizás la semana que viene pedirle salir. ¡Sería magnífico! Mi primera novia.

Espero poder escribirte pronto. ¡ Por cierto ! conseguí los 7km y ayer hice 8 !! quizás dentro de unos meses haga la maraton.

Con 

jueves, 24 de abril de 2014

Primera carta

Querido amigo,
te escribo a ti para desvelarte mi alma, para que observes, opines y me juzgues pero sobretodo para que me escuches. Quiero mostrarte, con toda la claridad que pueda, la belleza de una vida imperfecta. Te detallaré todo cuanto sea posible, desde el desayuno hasta la cena. Admito que cambiaré los nombres ya que ni me conoces ni es necesario que lo hagas. Te mostraré mi vida y la de los que me rodean. No espero respuestas de tu parte ya que tu silencio será la prueba de que mi locura no es tan mala.

Te escribo hoy, un día de vacaciones, para contarte que dentro de unos días vuelve a empezar el curso. En parte admito estar ansioso. Nunca me han gustado las vacaciones. Principalmente por que no tengo con quien quedar y paso mis días a leer, masturbarme, ver peliculas, escuchar musica y fumar. Me he dado cuenta de lo patética que era mi vida y he decidido cambiarla. Para empezar he dejado de masturbarme - Todo un avance!!! 5 años pajeandome!! Pues ya no lo hago desde hace ya una semana!-
Admito que la primera noche me costo dormirme pero desde entonces me siento mucho mejor. Ya no tengo ni necesidad ni ganas de hacerlo.
También he empezado a hacer deporte y aunque no te lo creas ya aguanto 6.3 kilometros corriendo!!
Eso si, yo sigo leyendo. Es lo único que me impide cometer lo irreparable, cada libro, cada historia me hace viajar. Me llevan a un lugar que no sabría describir. Supongo que los disfruto tanto como un paseo. Para mi un libro es como salir con un tiempo horrible, un viento helador que te corta la respiración. Como cuando te tiras en una piscina de agua fría. Y sales, estas solo por las calles, ves a la gente en sus casa calientes con su familia y te preguntas si serán tan felices como lo eres tu observandolos desde fuera. Entonces sigues andando, subes la colina y ves la más absoluta oscuridad por un lado y por el otro ves, a tus pies, hogares, familias, el tren y todas las farolas de la ciudad encendiads que se extienden a lo lejos... Y fumas. Lo y los observas. Disfrutas del frío como de una novela que termina en trajedia. Te sientes mal, te duelen los dedos pero te sientes vivo y entonces te preguntas como algo tan triste y doloroso puede ser tan bello.

Cuando decía que no tengo amigos es una verdad a medias y como he prometido y si no lo he hecho lo hago ahora: "Te prometo a ti, amigo mío, que no habrá lugar para las mentiras en estas cartas."
La cuestión es que nunca me ha costado hacer amigos y aquí en mi relativamente nuevo hogar ya tengo unos cuántos pero me da la sensación de que no salimos lo suficiente. No hay esa espontaneidad, esa naturalidad que debería haber en la amistad. Menos con una de las chicas. Se llama Alex. Es divertida, inteligente, muy natural... Pero no sé si hablarte aún de ella. Merecería que escriba una novela entera pero por ahora creo que te bastará.
Vaya! que rápido pasa el tiempo. Me temo que voy a tener que dejarte. Ahora me voy a preparar y voy a salir a correr. A ver si aguanto 7km!!

Con cariño, David