domingo, 4 de mayo de 2014

Cuarta Carta

Querido amigo,
me siento tan insignificante al admirar lo imponentes que son los Alpes. Que pequeños somos comparados con semejante espectáculo y más si pienso que eso no es nada con el planeta en su conjunto, con el sol, la galaxia o el universo. Y sin embargo, lo feliz y infinitamente grande que me he sentido este fin de semana.


Carla, una amiga suya, Alex y yo hemos ido a cenar a un restaurante italiano.
- Pues que exóticas son estas luces para ser un restaurante italiano. — comenta Belén.
- Yo diría que son así como medievales. — añade Alex
Finalmente, Carla concluye que son luces de halloween.
A decir verdad eran como una caja abierta por la parte inferior y con rendijas en forma de cruz a los lados. Por dentro, un color naranja daba un efecto caluroso a la habitación y por fuera estaban pintadas de un negro mate.
Después fuimos al teatro a ver la obra que había escrito Carla. La adolescencia desde una perspectiva musical con adjetivos « champiñón » que daban un toque cómico. Unos jóvenes actores con mucho talento hicieron que la obra fuese agradable y muy entretenida. Carla recibió el reconocimiento que merecía cuando al terminar la actuación bajó a que le aplaudiesen por lo que había escrito. Estaba radiante. Iluminada por los focos, sus cabellos brillaban casi tanto como su cara brillaba de felicidad. En ese momento me habría gustado regalarle las flores que le había comprado sin embargo, avergonzado de ir por la calle con el ramo se las di cuando pasábamos por su calle dirección el restaurante.
Carla tiene mucho talento para escribir, lo depresivo y melancólico son los géneros que mejor maneja en mi opinión. Puede que sea porque aún está muy metida en la adolescencia.

Me pregunto si el mero hecho de preguntarme si ya he pasado la adolescencia no es en si un signo de que aún estoy en ella. ¿Cuándo se puede considerar una persona adulta? No lo sé. Pero si sé lo que es ser un adulto. Un adulto es el que toma decisiones que nadie puede tomar en su lugar. Eso es muy triste. Pero más triste es que tomen las decisiones por ti.

Despues del teatro, en la recepción organizaban un aperitivo en el que nos quedamos un rato. Había un juke-box y empezó a sonar una de las canciones que siempre estoy cantando y con las que siempre me relacionan mis amigos. « Elle n'était rien et voila qu'aujourd'huiiii, je suis le gaaaardien des sommeils de ses nuiiiiits. Je l'aaaiiimme à mourir » Nos precipitamos al juke-box y leímos todas las canciones a ver si había la de «  ne la laisse pas tomber,elle est si fragile. Être une femme liberée tu sais c'est pas si facile... » Tristemente no estaba pero pusimos la de « para bailar la bamba se necesita una poca de gracia... » Lo gracioso es que como era la primera vez que usábamos un juke-box le dimos no sé cuántas veces al número de la canción y claro sonaba la misma una y otra vez. Muertos de risa y de vergüenza nos escapamos de aquel aperitivo y fuimos al pub de siempre. Como te dije, ya no bebo pero nos lo pasamos bien igualmente. La amiga de Carla que no conocía hasta ayer abrió su paraguas en el medio del pub. Es... Como decirlo. Especial. No la juzgo. Eso ya te lo dejo a ti, pero si tuviese que describírtela diría que es una persona inocente (o al menos lo aparenta), espontanea, erudita y muy apta para debatir.

Esa noche amigo mio, era la noche que quería pedirle salir. Quería darle un sentido nuevo a mi vida aparte del de estudiar. Quería colgarme de sus labios, quería hacerle sentir lo que nunca había sentido, quería amarla. No pude. No pude quedarme a solas con ella. Abandonar a Alex en el bar habría sido algo que no me habría perdonado. Diras que se podría haber quedado con Belén pero esta ya se había ido. Y por eso la odio. También odio que Alex haya llevado a Carla a casa en coche y yo tuviese que volver en tren. Las odio. Por un rato al menos.




Que mal amigo mio, llevo toda la semana sin salir a correr. Mañana saldré antes de ir a clase.

Con cariño,David

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